martes, 30 de junio de 2009

ANIVERSARIO DE LA CREACIÓN DEL CIRCULO MILITAR


Conmemoramos en esta fecha el aniversario de la creación del Círculo Militar, que celebró su primera reunión el 30 de junio de 1881 y que, desde entonces, es un lugar de encuentro social, de actividades deportivas y de fomento cultural.

Poco después de los sucesos de 1880 un grupo de Jefes de las Instituciones Armadas, dirigidas por el entonces Coronel Mayor Levalle, resolvió la creación de un Club Militar con el objeto de estrechar lazos de compañerismo y afectos, un tanto débiles por las pasiones que se debatían en ese momento.

La Primera reunión preparatoria se llevó a cabo el 30 de junio de 1881 y se formó una comisión provisional, posteriormente se realizó la Primera Asamblea General, el 17 de julio de 1881 y se aprobó el reglamento del Club Militar.

El 24 de julio del mencionado año se produjo la Segunda Asamblea donde se eligieron y nombraron a los miembros de la Comisión Directiva que debían funcionar hasta diciembre de 1881. A propuesta del Coronel Mayor Levalle se elevó el número de vocales y la comisión quedó compuesta por:

Presidente: Coronel My Nicolás Levalle

Vicepresidente 1º: Coronel Domingo Viejobueno

Vicepresidente 2º: Coronel Antonio Donovan

Tesorero: Coronel Remigio Gil

Protesorero: Coronel Eduardo Pico

Secretario: Teniente 1ro Sandallo Sosa

Prosecretario: Teniente Coronel Daniel Cerri

Vocal Titular: Coronel Joaquín Viejobueno

Vocal Titular: Comodoro Luis Py

Vocal Titular: Coronel Daniel Soller

Vocal Titular: Capitán Rosendo Fraga

Vocal Titular: Teniente 1ro Federico López

Cuatro vocales suplentes.

Antes de finalizar el año 1881, el Club que funcionaba en el cuartel del Regimiento de Artillería provincial, alquiló dos propiedades en Florida 162 y 166.

Principales sucesos:Julio de 1884: Bajo la 2da Presidencia del General Levalle se publica la Primera Revista del Club y la Biblioteca cuenta con 803 volúmenes. Se edita un nuevo reglamento que expresaba que el Club tenía por objeto:

Estrechar lazos de unión y compañerismo entre todos los cuerpos e instituciones del Ejército y la Armada.

Atender el desarrollo de la institución y estudios militares por medio de conferencias.

Formar una Biblioteca, un Museo Militar, una Revista mensual y los periódicos que sean necesarios para anotar los documentos e informes de carácter militar.

Mejorar la situación económica de los asociados creando sociedades de socorro, caja de ahorro, etc.Proporcionar a los socios distracciones establecidas en centros de buena sociedad.

El centro que se llamaba Club Militar, se denominó Club Naval y Militar porque entre sus socios se contaban con cierta cantidad de marinos. En ese momento el Club tenía 575 socios.

Julio de 1899: Se elige nuevamente al General Levalle, Presidente del Club No obstante los esfuerzos de sus dirigentes, el Club había comenzado a declinar, produciéndose inesperadas renuncias de los socios. La crisis fue importante renunciando también varios miembros de la Comisión Directiva. Se hablaba de remate de muebles y existencias y que el Club se extinguía definitivamente, pero la actitud de la mayoría de los socios en una saludable reacción, impidió que ello sucediera.

Marzo de 1900: Se realizó una Asamblea para reorganizar el Club. Se dieron nuevas orientaciones que lo llevarían a lo que ha llegado a ser hoy. La antigua denominación de Club Militar fue cambiada por la de Círculo Militar.

Año 1915: Siendo Presidente de la Institución el General Riccheri, el Círculo Militar obtuvo la personería jurídica.

12 de Junio de 1938: Durante la Presidencia del General Bautista Molina, se compra el Palacio Paz, lugar que ocupa hasta nuestros días. Este hermoso Palacio (único en el país) fue construido sobre un terreno de 6.154 m2, el proyecto de la construcción fue hecho en Francia por el Arquitecto Luis Sortais, quien falleció antes de la finalización de la obra. Participaron además en su construcción los ingenieros Alberto de Gainza y Carlos Agote.

El estilo arquitectónico está inspirado en una parte en el Palacio del Louvre de París del siglo XVI. Hoy constituye un testimonio de belleza arquitectónica y de una época de extraordinario brillo y progreso de nuestra Patria.

El Lugar que ocupa es un sitio prominente de la ciudad y está ligado profundamente a la historia patria. Fue la "Plaza del Retiro", una plaza de toros de la época colonial demolida en 1822 y sus materiales fueron utilizados para la construcción de cuarteles. Muy cerca sobre lo que es hoy la calle Maipú se libró un combate durante la Segunda Invasión Inglesa por lo que recibió el
nombre de "Campo de la Gloria" y más tarde cambiado por el de "Campo de Marte".

En 1812 el General San Martín formó su Primer Escuadrón del glorioso Regimiento Granaderos a Caballo de cuyas filas surgieron más de cuarenta Generales. En años posteriores estuvo acantonado el Batallón de Artillería Provincial.

En 1878 con motivo de celebrarse el Centenario del Natalicio del Grl San Martín, la antigua plaza recibió el nombre de "Plaza General San Martín".

Hoy el Círculo Militar mantiene la finalidad para la que fue creado. En el Artículo 2 del Estatuto dice:

-Propender a la unión del Personal Superior del Ejército y sus familias y a su elevación cultural y espiritual.

-Propender al fortalecimiento de la cohesión y camaradería de sus socios y del personal superior de las Fuerzas Armadas.

-Propender al progreso y perfeccionamiento funcional y cultural de:

La Biblioteca Nacional Militar

El Museo de Armas de la Nación

La Biblioteca del Oficial y de la Revista del Círculo Militar

- Propender a la protección mental y al bienestar de los asociados.

- Fomentar y estimular la práctica del deporte.

- Estrechar vínculos con instituciones o entidades oficiales o privadas nacionales y provinciales.

Promover el establecimiento de sedes anexas según se estime necesario.

Para finalizar recordemos que desde 1881, hasta la fecha se desempeñaron como Presidentes del Círculo Militar, 52 Oficiales Superiores y los que repitieron su mandato fueron el Teniente General Levalle (seis veces); el Coronel Rómulo Páez (cuatro veces); el General Donovan (dos veces); el Coronel Fernández (dos veces); el General Flouret (dos veces), General de División Ramón Díaz Bessone (dos veces) y el actual presidente General de Brigada Roberto Felipe Dominguez.

Podemos estar satisfechos que ha pasado más de un siglo y que el Círculo Militar mantiene en alto e inalterable el deber del cumplimiento de la finalidad para la cual fue creado.


lunes, 29 de junio de 2009

ANIVERSARIO DE LA CREACIÓN DE LA BASE DE APOLLO LOGISTICO "MENDOZA"


Los orígenes de esta unidad datan del año 1814, cuando el General Don José de San Martín, creara “El Parque de Artillería y la Maestranza”, base fundamental para la preparación de su campaña. Este elemento logístico se constituyó como tren de campaña del ejército libertador y fue llamado El Gran Parque. El 19 de enero de 1817 inició su marcha, junto con la columna principal del Ejército de los Andes, organizando en Chile la maestranza del Ejército Unido y la maestranza del Ejército Libertador en Perú, regresando a suelo argentino en agosto de 1824. En el año 1901 el General Richieri crea el Batallón de Tren con la finalidad de abastecer a las tropas de montaña. El 01 de septiembre de 1943 se crea el Taller Fijo Mendoza, dependiendo del Arsenal Centro “Jose Maria Rojas”, en los cuarteles que actualmente ocupa el Comando de la VIII Brigada de Montaña
En el año 1949 se traslada a los galpones del Ex Ferrocarril General San Martín ubicado en las calle Suipacha y Tiburcio Benegas con el nombre de Taller de Mantenimiento Mendoza, llegando a tener 180 agentes civiles de las distintas especialidades. El 15 de diciembre de 1965, cambia su denominación por la de “Compañía de Arsenales de Montaña 8”, trasladándose a los cuarteles de la calle Washington Lencinas. En 1982 pasa a denominarse Batallón Logístico de Montaña 8, ampliando sus instalaciones a los cuarteles de la calle Boulogne Sur Mer. En 1991 respondiendo a las necesidades de reestructuración del ejército pasa a denominarse Base de Apoyo Logistico “Mendoza”. Actualmente la unidad, cumple acabadamente con su misión específica de Apoyo Logísticos en su jurisdicción y además cumple orgullosa con el compromiso adquirido entre el Ejército Argentino y el Gobierno de la Provincia de MENDOZA al asumir la responsabilidad de educar y formar a jóvenes en el Servicio Cívico Voluntario y el Centro de Capacitación Laboral.

RESEÑA HISTÓRICA DEL COMANDO DE BRIGADA DE MONTAÑA VIII "BRIGADIER GENERAL TORIBIO DE LUZURIAGA"
El origen de Comando de Brigada de Montaña VIII se remonta al año 1923 cuando por decreto del Gobierno Nacional se crea el destacamento de Montaña Cuyo, Siendo su primer Comandante el Coronel Basilio Pertiné.
Dentro de las innumerables tareas realizadas merece destacarse la construcción de la masa de los refugios existentes en la montaña cuyana, los cuales hasta el día de hoy prestan valiosísima utilidad no solo al personal militar sino a todos los entusiastas de la montaña. También merece destacarse la empresa liderada por el entonces Tte Nicolás Plantamura en el año 1934, siendo el primer Argentino en hacer cumbre en el Cerro Aconcagua.
El incremento de tropas a lo sargo de la frontera cordillerana motivó el 1ro de enero de 1942 la creación del Comando de Agrupación de Montaña Cuyo, siendo su primer Comandante el General José Humberto Sosa Molina, funcionando en las actuales instalaciones del Casino de Oficiales de la Guarnición Militar Mendoza.
A partir del año 1943 la Agrupación estaba integrada por:
-Destacamento de Montaña San Juan.
-Destacamento de Montaña Mendoza
Durante este periodo, el 14 de abril de 1958, se toma posesión del actual edificio.
A partir del 1ro de enero de 1960 pasa a llamarse Comando de la División 8 de Infantería de Montaña siendo su primer Comandante el General Cecilio Labayru.
Continuó con esta denominación hasta el 16 de noviembre de 1964 donde cambió de denominación a Comando de VIIIva Brigada de Infantería de Montaña, actualizando su estructura orgánica para un mejor funcionamiento, siendo su Comandante el General de Brigada Alberto Marini.
Participó con efectivos en el Operativo Independencia en el año 1976, en 1978 desplegó sus hombres y medios ante la inminencia del conflicto con la República de Chile y en 1982 algunos de sus efectivos participó en el conficto del Atlántico Sur.
El 3 de marzo de 1995 cambió su denominación al de Comando de Brigada de Montaña VIII imponiéndose el nombre de Brigadier General "TORIBIO DE LUZURIAGA", el que mantiene en la actualidad.
En estos momentos y en el marco del cumplimiento de la política exterior de nuestra nación, participa en Operaciones de Mantenimiento de la Paz con personal de Oficiales, Suboficiales y Soldados.
Desde la creación de aquel modesto Destacamento de Montaña hasta hoy, este Comando junto a as Unidades dependientes han sido parte activa de la vida de Cuyo. Escuelas, puentes, rescates, apoyos a la comunidad ante desastres naturales, participación de proyectos de intereses provinciales, intercambio académico con universidades del medio, dan testimonio del rol de este Comando en cumplimiento de su Misión y el compromiso asumido con la población de a cual se nutre y nos debemos.
Fuente: http://www.cbrimon8.ejercito.mil.ar/

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domingo, 28 de junio de 2009

BATALLA DE LAS BARRANCAS DEL NEUQUEN


Esta batalla se libró el 28 de junio de 1879 en las barrancas de la margen septentrional del Río Neuquén, paraje llamado hoy “Vanguardia”, nombre que tomó del antiguo fortín que allí se construyera poco después. Por un lado combatieron las tropas al mando del teniente de baqueanos (de la Compañía de Voluntarios, llamados “choiqueros”) Isaac Torres, y 16 soldados de la 4ª División, y por el otro los indios del cacique Marillán. El Parte Oficial dice lo siguiente: “El teniente que suscribe – Campamento el Mangrullo, junio 30 de 1879 – Al señor comandante en jefe de la 4ª División del Ejército, teniente coronel don Napoleón Uriburu. – Tengo el honor de dirigirme a usted poniendo en su conocimiento que con la comisión de 16 hombres con que usted se sirvió despacharme el 27 del corriente, después de haber marchado en dirección de Auca-Mahuida casi todo el día, supe por prisioneros hechos por el mayor Illescas, que un pequeño grupo de seis indios, con algunos animales de arreo, debían caer al Neuquén abajo procedentes de La Pampa y como a cinco o seis leguas de este campamento. Marché toda la noche en su busca y a la diana de 28 di con ellos en el valle del río, pero no en número de seis como se me había informado, porque después de cargarlos sobre sus fogones, de día ya, se replegaron y formaron en las barrancas del río, en número de 90 de lanza, todos bien armados.
El desorden en que se puso la chusma y considerando que ésta se me escaparía si no andaba activo con ella, me obligó a juntarla, dejando que los indios se reunieran y así pude tomar ciento y tantas mujeres y criaturas, con una gran caballada, vacas y ovejas.
Entre los prisioneros hechos en la primera carga había quedado un viejo, y con éste mandé decir al cacique Marillán que mandaba los indios, y que con ellos formados me esperaba a una cuadra de distancia, que entregase las armas, bajo la formal garantía de sus vidas. Contestó a esta intimación que dudaba de mi palabra, y que antes quería pelear, a lo que le repliqué que descendiera al bajo, pero sin hacerles un tiro aún, pues me suponía que quisiera entrar por tratados. Un grito unánime de guerra fue su segunda contestación, y sin repararme mucho de la chusma prisionera y animales tomados, esperé, pie a tierra, haciendo fuego nutrido, la carga que rápidamente me traían a pie y a caballo, dirigida por el expresado Marillán. Sin embargo, de ser ésta muy violenta y excelentes los caballos en que venían montados, antes de llegar hasta chocar cayeron como 16 indios; pero los restantes nos rodearon por todas partes, trabándose un combate reñido a arma blanca. Muchos indios arrojaban al suelo las lanzas y luchaban brazo a brazo por arrancar a nuestros soldados las carabinas o fusiles; otros sacaban cuchillos y así duró un rato la pelea hasta desalojarlos y ponerlos en fuga, dejando ellos 14 muertos en el sitio, 5 prisioneros de lanza y 106 de chusma, con más de 80 caballos, 33 cabezas vacunas y 30 ovejas, teniendo por nuestra parte que lamentar la baja de 3 soldados heridos de lanza y cuchillo.
Los indios llevaban muchos heridos, pues dejaron en el camino un reguero de sangre
Terminado el combate me regresaba y en seguida de marchar encontré al comandante Aguilar con una fuerza, parte de la cual se encargó de conducir los prisioneros y ganados al campamento, acampando esa noche allí todos juntos. Ayer, 29, a la mañana, perseguimos a los indios nuevamente, el comandante Aguilar con la fracción de gente que tenía vacante, y yo con los trece hombres, los cuales todavía tomaron 5 indios de lanza prisioneros y 12 de chusma con 58 caballos y mulas
Cada uno de los 16 individuos que componían la comisión que me ha cabido el honor de mandar en esta ocasión, se ha hecho digno de recomendación, pues todos ellos a la par han competido en valor y serenidad. Dios guarde a V. S. – Isaac Torres”.
En este combate resulta por demás destacable el comportamiento que le cupo a la reducida tropa del bravo teniente de choiqueros, a quien veremos actuar en muchísimas ocasiones, tanto en esta campaña como en las posteriores. Todos estuvieron a la altura de las circunstancias y dejaron bien alto el prestigio de esta tropa que, mal vestida, a veces mal montada y falta de abastecimientos, en pleno invierno neuquino (temperaturas de 8 y 10 grados bajo cero en ese invierno) supieron realizar el plan trazado por los altos mandos militares, llevando a cabo la construcción de los fortines que en aquella ocasión avanzaron la línea de frontera con el indio hasta la margen septentrional de los ríos Neuquén y Negro.
Fuente: Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado / Raone, Juan Mario – Fortines del desierto – Biblioteca del Suboficial Nº 143

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sábado, 27 de junio de 2009

ANIVERSARIO DE LA CREACION DEL REGIMIENTO DE INFANTERIA MECANIZADO 24


Por decreto del entonces Vicepresidente de la Nación en ejercicio del Poder Ejecutivo Nacional Don Ramón Castillo, se crea el 27 de Junio de 1942 el Regimiento de Infantería Motorizado Reforzado 24, sobre la base del IIIer Batallón del Regimiento de Infantería 14; como consecuencia de una medida de orden institucional prevista en el Plan General de Organización del Ejército, siendo su primer Jefe el Mayor Felix Targón.
El Regimiento 24, si bien no tiene en su haber un legado de hazañas heroicas, lleva en lo íntimo de sus componentes, sin distinción de épocas y jerarquías, la convicción absoluta de haber contribuido en el orden moral y patriótico a la integración territorial y al desarrollo general de lugares y zonas cuyo valor eran subestimados hasta por propios argentinos. El soldado argentino ha permitido que el carbón, el petróleo, la lana patagónica y las bellezas interiores encerradas en la inmensidad de su dilatada extensión sigan proporcionando incalculables beneficios al país, al amparo de un centinela armado que ha jurado defender su bandera hasta perder la vida.
Se estableció en la ciudad de Río Gallegos, como Guarnición, en los terrenos que hoy ocupa la Sociedad Rural; debiendo destacar a la 3ra Compañía del Regimiento en la ciudad de Río Grande (Tierra del Fuego), lo cual hizo entre los años 1942 y 1944.
La organización que se estableció en aquella oportunidad fue sobre la base del Ier Batallón del Regimiento 14, constituida por una Plana Mayor, 2 Compañías de Tiradores y una Compañía de Ametralladoras, dependiendo del Comando de la “Agrupación Patagonia”, ubicada en la ciudad de Comodoro Rivadavia.
En la mañana del 12 de Diciembre del año 1943, en una emotiva formación de Unidad, recibe de manos de la comisión de “Damas de Río Gallegos” su primera Bandera Nacional de Guerra.
El 15 de Diciembre del año 1943, se crea el IIdo Batallón, integrado por las Compañías 5ta y 6ta y la Sección Morteros Livianos, haciéndose imperiosa la necesidad de trasladar sus cuarteles a su actual asiento en instalaciones de tipo temporario, que se mantiene hasta la fecha.
El Regimiento fue desactivado el 15 de Noviembre del año 1963, reduciéndose a un Destacamento de Vigilancia; reactivándose nuevamente dos años después, el 13 de Diciembre del año 1965, con el nombre de Regimiento de Infantería 24; constituido por 2 Compañías de Tiradores, 1 Compañía Comando y Servicio, la sección Destinos y la Fanfarria.
En este marco y durante el conflicto limítrofe con Chile, desde el 8 de Noviembre de 1978 hasta el 5 de Febrero de 1979, el Regimiento fue desplegado a fin de cumplir con la “Operación Soberanía” en la zona de Río Turbio, ocupando para su custodia un área de frontera.
No obstante ello, mientras el ejército se vio inmerso en los enfrentamientos internos, el Regimiento debió custodiar la prisión de Rawson, aportando además, personal de sus cuadros para completar otras Unidades con participación directa en diversas operaciones militares.
A comienzo de los ochenta le fueron provistos los Vehículos de Combate de Transporte de Personal M-113, pasando a denominarse a partir del 1 de Enero de 1981, Regimiento de Infantería Mecanizado 24, constituyéndose así como la Unidad decana en la mecanización del arma de Infantería.
Durante el conflicto del Atlántico Sur, por la recuperación de nuestras Islas Malvinas, el Regimiento estuvo desplegado y alistado para una posible acción en la frontera sur, custodiando también el aeropuerto local, el que revestía de importancia estratégica fundamental para las operaciones militares en desarrollo.
Desde el año 1992, el Regimiento de Infantería Mecanizado 24, viene colaborando año a año en la integración de Organizaciones Militares de Paz, designando personal de Oficiales, Suboficiales y Soldados Voluntarios capacitados para tales misiones en el exterior.
En 1995 el Regimiento en cumplimiento de una de sus misiones subsidiarias prestó apoyo a la comunidad en respuesta a las grandes nevadas ocurridas durante el período del 15 de Julio al 2 de Agosto.
El Regimiento de Infantería Mecanizado 24, por su presencia y acción, se constituye en un bastión de la defensa de la soberanía en el territorio austral de nuestra Patagonia Argentina.
Fuente: http://www.infanteria.ejercito.mil.ar/

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viernes, 26 de junio de 2009

COMBATE DE QUILMES

Al amanecer del día 26 el coronel Arze – con el cargo de SubInspector - comprobó que el enemigo, “en número de dos mil hombres y seis cañones de a 8”, se hallaba “a la orilla opuesta de un bañado o pantano, que todos los prácticos del país aseguraban impracticable su tránsito”.
A pesar de esta relativa seguridad, de la dominante posición que sus tropas ocupaban y del aumento de su pequeña fuerza con los ciento cincuenta hombres del coronel de la Quintana, Arze estimó necesario hacer acudir en su apoyo la reserva que, según la comunicación del virrey recibida en la noche, se encontraba en el Puente de Gálvez esperando sus órdenes.
A tal fin envió la siguiente orden al coronel de Elía:
“Inmediatamente póngase V. S. en marcha a incorporarse conmigo, en donde me encuentre, por el camino carril de los Quilmes, con el Tren volante, y pasando aviso al Capitán Dn. Florencio Terrada para que haga lo mismo, pues tenemos los enemigos a la vista y es conforme a lo dispuesto por el Exmo. Señor Virrey.”
Recibida esa orden a las ocho y media de la mañana, el coronel de Elía se apresuró a darle cumplimiento, mandando aviso al capitán Terrada – que se encontraba en la quinta Marull, al sur del riachuelo - de que se le incorporase con su compañía y comunicando al virrey la orden recibida y su correspondiente ejecución.
La reserva que a las órdenes del coronel de Elía iba a marchar de Puente de Gálvez a los Quilmes, se componía de las siguientes tropas:



Del Regimiento de Voluntarios de Caballería de Buenos Aires. . . . . . 160 hombres.
Compañía montada del Batallón de Voluntarios de Infantería. . . . . . . . 100 hombres.
División de Tren volante (capitán Vereterra). . . . . . . . . . . . dos cañones y un obús.



Formado el destacamento, el coronel de Elía se puso en marcha hacia la Reducción (Quilmes), al paso, pues consideraciones de diverso orden impedían una marcha más rápida. “Los caminos estaban algo pesados por la fuerte lluvia de la noche del 25, que se hacen más sensibles en los terrenos de bañados por donde transitamos”. Además, era necesario considerar que hacía treinta horas que los caballos estaban ensillados y sin comer; y en el deseo de apresurar la marcha, no era aconsejable llegar al lugar del combate con los caballos completamente agotados. Por último, parece que aquel aire de marcha había sido determinado en la orden general de la plaza, dictada el día anterior a mediodía, posiblemente en atención al estado general del ganado y a la falta de caballadas de reserva
El orden de marcha del destacamento del coronel de Elía era el siguiente: A vanguardia una patrulla exploradora de 25 hombres, al mando del alférez Juan Ignacio Terrada, con la misión de “descubrir bañados y caminos, así como para dar parte de cualquier ocurrencia que hubiese, a fin de que la artillería no sufriese demora ni tropiezo algunos en la marcha”. A una distancia prudencial iban las piezas del capitán Vereterra, seguidas por el Regimiento de Voluntarios de Caballería. Cerraba la marcha la compañía del capitán Juan Florencio Terrada.
En este orden el destacamento llegó sin mayores tropiezos a las inmediaciones de la Reducción en momentos en que el combate se había iniciado
“Eran las once de la mañana del 26 y aun había podido moverme de mi posición primera, pudiendo el enemigo desde la suya haber contado uno por uno los hombres que yo tenía”. Así comienza el mayor general Beresford su sintético relato del encuentro, con las fuerzas del coronel Arze y que consigna en su informe del 2 de julio al general Baird.
Agrega a continuación el jefe de la columna inglesa: “Él – refiriéndose al enemigo – se hallaba colocado a lo largo del frente de una loma en que se encuentra el pueblo de Reducción, que cubría su flanco derecho, consistiendo su fuerza principalmente en caballería (he sido después informado de que eran dos mil), con ocho piezas de Tren volante. La naturaleza del terreno era tal, que me hallé en la necesidad de avanzar directamente a su frente y de extender mi línea tanto como podía igual a la suya. Formé todas las tropas en una línea, excepto la infantería de Santa Elena, que constaba de ciento cincuenta hombres, los cuales formaron a 130 yardas a retaguardia con dos piezas de tren, con orden de hacer rente a la derecha o a la izquierda, y al mismo tiempo a nuestros costados si fuesen amenazados por su caballería. Yo tenía dos cañones de a 6 en cada costado y dos obuses en el centro de la primera línea. En este orden avancé contra el enemigo...”
No es posible formarse una idea cierta y exacta de cómo debió librarse el combate entre las tropas de Beresford y las del coronel Arze. En su obra, Beverina trata de esbozar una descripción aproximada, utilizando fragmentariamente los datos de diferentes testigos presénciales, como el cap. Gillespie del Regto. 71° y el de Pedro Antonio Cerviño que formaba parte de la columna del coronel Elía. A este respecto comenta Beverina: Las relaciones de estos dos actores principales y las de algunos testigos presénciales (Gillespie, Cerviño), omiten detalles imprescindibles, o los que consigan ofrecen discordancia.
Desde el momento de su llegada en la tarde anterior al pequeño pueblo de Reducción, el coronel Arze había ocupado con sus tropas una altura dominante, situada a cuatro kilómetros de la playa en la cual desembarcado el enemigo.
En la mañana del 26 la fuerza del coronel Arze “estaba formada en el extremo de un verde y profundo bañado y sobre una llanura elegida, que semejante al banco empinado de un río se elevaba rápidamente muchas yardas sobre nuestro nivel. Nada más adecuado para una posición defensiva”
El coronel Arce consciente que dadas la inferioridad y la menor eficacia táctica de sus tropas y, asimismo, las características del terreno a su frente – inadecuado para la acción de la caballería -, resolvió esperar el ataque del enemigo en la posición en que se hallaba, confiando en desordenar sus filas durante el avance a través del bañado mediante el fuego de artillería, para atacarlo después si las circunstancias resultaban favorables. La formación que dio a sus tropas fue en dos líneas, ocupando la primera los blandengues, en dos filas y desplegados en batalla; a treinta pasos a retaguardia y también en dos filas, los milicianos, cuyo costado izquierdo sobresalía del de los blandengues. En el costado derecho de la primera línea fueron emplazadas tres piezas
Saliendo de la playa en donde habían desembarcado y pasado la noche, “nuestras tropas – escribe Gillespie – formaron en dos columnas, y después de un movimiento de frente de ochocientas yardas – 730 metros -, desplegaron en línea de batalla. El Regimiento 71 llevaba la derecha; el Batallón de Infantería de Marina, un poco a retaguardia de aquél, la izquierda; y el Cuerpo de Santa Elena, doscientos pasos atrás, formaba la reserva”.
Grandes dificultades tuvieron que vencer los ingleses para atravesar el bañado de 2 km de extensión; los cañones, que eran arrastrados a mano por la marinería, debieron ser abandonados por haberse atascado. Además, la artillería enemiga abrió el fuego con alguna eficacia, especialmente en sus primeros disparos. Por último, una columna - Elía - de caballería española, proveniente de Buenos Aires, amenazaba su flanco derecho
A pesar de estos contratiempos, en particular, de la inutilización de su artillería, Beresford no detuvo su avance. A las 11,00 hs. el Regimiento 71(teniente coronel Pack) al sonido de sus gaitas, recibió la orden de avanzar sobre la altura de la Reducción para desalojar de allí enemigo; el Batallón de Infantería de Marina (capitán King) seguiría a su retaguardia, ya para sostenerlo directamente, ya para prolongar cualquiera de las alas; la infantería de Santa Elena (teniente coronel Lane) a 100 metros a retaguardia, con una conversión a la derecha, cubriría este flanco contra la columna que venía llegando desde Buenos Aires
“Habiendo llegado el Regimiento 71 al centro de las eminencias en muy buen orden, seguido por el Batallón de Marina, el enemigo no quiso esperar que se acercase más, sino que se retiró del frente de la altura, ganada la cual por nuestras tropas y comenzado el fuego de los fusiles, aquél huyó con precipitación, dejándonos cuatro piezas de tren y un tambor”
Para saber como había llegado la columna del coronel Elía, utilizaremos las memorias de Pedro A. Cerviño. Cuando la columna se aproximaba a la Reducción, se observó el avance del enemigo a través del bañado y el fuego de artillería que el subinspector Arce había ordenado abrir sobre los británicos; “lo que visto por nuestro Coronel – narra Cerviño – mandó acelerar el paso del Tren y de la tropa, y como a proporción que ésta se aproximaba notaba la formación enemiga, que presentaba a nuestra columna todo el costado derecho de la suya, hizo alto y mandó por un portaestandarte prevenir al Sub Inspector que si le parecía que con su gente en batalla y con el auxilio de los tres cañones del Tren los atacase por el que le presentaban, para distraerle o llamar su atención a dos puntos. Mientras logró su respuesta, se hicieron reconocer las armas, que consistían en espadas y pistolas, de éstas las más estaban sin piedra por el desorden y precipitación con que se les hizo su entrega, y las demás o todas las que carecían de este defecto, tenían el de que las balas de los cuatro cartuchos por individuo no venían de modo alguno al cañón de la pistola”
La respuesta del coronel Arze fue decepcionante, la columna de Elía simplemente debía prolongar la izquierda de las tropas desplegadas en batalla
Mientras daba cumplimiento a esta orden y las tropas de refuerzo formadas en batalla y con sable en mano trataban de alinearse con las anteriores, el coronel Arze ordenó el toque de retirada. Beresford había ordenado atacar a la bayoneta, orden que fue cumplida con gritos atronadores por parte de los hombres del 71º. Ante el ímpetu del avance de los escoceses, los blandengues hicieron entonces una conversión sobre su izquierda y, para substraerse al fuego del enemigo, atropellaron a las tropas del coronel Elía, introduciendo la confusión y el pánico en toda la línea española. Los milicianos no tardaron en seguir el ejemplo, dándose a la fuga en el mayor desorden y dejando en poder del enemigo cinco piezas de artillería
Con grandes dificultades pudieron los jefes reunir la mayor parte de su gente en la altura situada a unos tres kilómetros del campo de la acción, donde, al no verse perseguidos, se detuvieron para reorganizarse
“Contenidas, aunque a la larga distancia, las dos terceras partes de mi tropa, di inmediatamente parte al Virrey de lo ocurrido por medio de un Ayudante, que repetí a poco rato con otro con circunstanciada noticia del número de los prófugos; y manteniéndome a la vista de los enemigos, recibí en contestación la orden de retirarme a Barracas, separando su puente, y en donde debería esperar sucesivas prevenciones”
Dueño del terreno abandonado por el enemigo, el general Beresford detuvo allí a las tropas durante dos horas, tanto para darles un descanso, como para permitir que la artillería pudiese ser sacada del pantano Esto último se logró por la pronta intervención del capitán Donelly, de la fragata Narcissus, quien de propia iniciativa desembarcara con algunos marineros para rescatarlas. Reorganizada su columna, el general Beresford se puso en marcha en dirección al puente de Gálvez (que según datos obtenidos distaba ocho millas), procurando apresurar su llegada al Riachuelo con el fin de impedir que el enemigo pudiese destruir el puente. Y de esa manera, tener el camino abierto hacia la capital del Virreinato, Buenos Aires
Fuente: http://www.granaderos.com.ar/

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jueves, 25 de junio de 2009

DESEMBARCO BRITÁNICO EN QUILMES


Una fuerza de aproximadamente 1.600 hombres al mando del General William Carr Beresford, toma tierra e inicia su marcha hacia la ciudad de Buenos Aires. El entonces virrey del Río de la Plata, Marqués Rafael de Sobremonte huyó de la ciudad para refugiarse en la ciudad de Córdoba con parte del tesoro público y para según declaró después, estar en condiciones de organizar una resistencia.

En la mañana del 25 de Junio de 1806, frente a Buenos Aires, siendo las 11 de la mañana los ingleses, después de recorrer la costa en busca del mejor lugar, empiezan el desembarco en Quilmes. Son veinte botes que van y vienen con soldados uniformados de rojo, cañones, caballos, arreos, pólvora, que depositan trabajosamente en la playa bajo una llovizna fría; un bañado los separa de la barranca. Desde allí un sargento de artillería española con cinco hombres y una de las piezas encargadas de las señales dispara el cañonazo de alarma, conforme a lo convenido, y permanece firme. Tal vez los ingleses creen que hay más tropas ocultas en los espinillos, pues se quedan en la playa, calados y ateridos. Hasta el anochecer dura el desembarco de los 1.635 hombres, con sus implementos.Arze llega a mediodía a Quilmes con 400 milicianos elegidos entre los más dispuestos y mejor montados, a los que ha agregado cien blandengues, dos cañoncitos de a 4 y un obús de a 6. Toma posición en las barrancas junto al sargento del cañón y no hace nada, nada, en toda la tarde. Mirar, nada más. Los milicianos y blandengues desean cargarse al grupo de ateridos ingleses, que se va engrosando cada vez más, pero el subinspector sólo quiere obrar sobre seguro. Manda pedir refuerzos; y mientras vienen, seguirá esperando.Llega la noticia del desembarco a Buenos Aires. Sobremonte manda tocar generala a las dos y media de la tarde, y la multitud vuelve a congregarse en la plaza; los milicianos reclaman armas, pero el virrey no se atreve a armar a las milicias, dirá más tarde el cabildo en su informe. Se limita a distribuirlas, desarmadas, en compañías al mando de algunos oficiales veteranos. Sólo más tarde les dará una carabina con cuatro tiros a los de caballería

"Se tocó la alarma general – dirá Belgrano en su Autobiografía – y conducido del honor volé a la Fortaleza, punto de reunión: allí no había orden ni concierto en cosa alguna como debía suceder en grupos de hombres ignorantes de toda disciplina y sin subordinación alguna. Allí se formaron las compañías y yo fui agregado a una de ellas, avergonzado de ignorar hasta los rudimentos más triviales de la milicia”.

Sobremonte ordena que la caballería vaya al puente de Gálvez (hoy puente Pueyrredón) donde atraviesa el Riachuelo el camino del sur: son 129 hombres de a caballo, la mitad mal armados. El resto de las milicias debe concentrarse en sus cuarteles, a la espera de armas y órdenes. El virrey revista los 129 del puente, a quienes agrega un tren volante de artillería; luego vuelve a la Fortaleza a disponer se saquen los caudales para el interior, conforme a lo previsto, con una escolta de cien blandengues.

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miércoles, 24 de junio de 2009

El EJERCITO ARGENTINO Y SU APOYO A LA COMUNIDAD


RI Mte 9 - Apoyo a la Escuela Nro. 750 en Colonia Cerro Volcán
El Regimiento de Infantería de Monte 9, con asiento en San Javier, provincia de Misiones, ofreció apoyo a la Escuela Nro. 750 en la localidad de Itacaruare.
La unidad, junto con el grupo Sanidad, brindó asistencia odontológica y médica a los alumnos y familiares de este establecimiento escolar. En esta oportunidad, la Directora y el personal docente agradecieron, una vez más, el apoyo dado a la Colonia Cerro Volcán por el Jefe del Regimiento de Infantería de Monte 9, Tcnl Guillermo Luis Siri, y por su intermedio al Ejército Argentino.


Donación de ropa y calzado a la Escuela Rural Nro 1-228 “Matías Serpa”
El viernes 12 de junio, personal del Batallón de Ingenieros de Montaña 8 realizó una donación de ropa y calzado a la Escuela Rural Nro 1-228 “Matías Serpa”, ubicada en la localidad El Capacho del departamento de San Carlos, provincia de Mendoza.
Esta escuela rural visitó el Batallón el día 28 de mayo, en su asiento en Campo de los Andes, oportunidad en la cual se realizó la IXna edición de la jornada de puertas abiertas denominada “Conoce a tu Ejército”, en las instalaciones de la unidad. Durante la presente visita, se hizo entrega a la Directora de ropa y calzado que fuera donado por el personal de cuadros de la unidad, a efectos de ser repartidos entre los 52 alumnos que concurren diariamente a clases

BAL “Resistencia” – Campaña alimentaria en el Chaco
El 20 de junio, la Base de Apoyo Logístico “Resistencia” finalizó la 16ta campaña alimentaria que se llevó a cabo en la provincia del Chaco.
De acuerdo con el pedido del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, personal y medios de la unidad brindaron apoyo con el transporte de alimentos y agua para distribuir entre las familias de las localidades ubicadas en la zona de Río Bermejito y Fortín Lavalle, en el Departamento de Grl Güemes.
Fuente: http://www.ejercito.mil.ar/

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martes, 23 de junio de 2009

ANIVERSARIO DE LA TOMA DE LA CIUDAD DE MONTEVIDEO


El día 23 de junio de 1814 se produce la toma de la ciudad de Montevideo por el General Carlos María de Alvear. Además de obtener un muy importante arsenal en tierra firma, captura 99 buques mercantes y de guerra y 8 banderas, entre ellas las de los regimientos de infantería Lorca, América, Provincia, Albuera y Madrid, además de miles de prisioneros. Con la ocupación de la ciudad cayó el último baluarte español en el Río de la Plata.

El Ejército Argentino a órdenes del general Rondeau sitió Montevideo desde octubre de 1812, pero dos años más tarde seguía resistiendo el asedio por el continuo flujo de aprovisionamientos que recibían por el puerto.La estrategia naval fue cortar con es suministro. Entonces, el almirante Brown zarpó con de nueve naves armadas con 147 cañones decidido a enfrentar a los españoles, que zarparon de Montevideo el 14 de mayo a bordo de 11 buques con 155 cañones, para hacer frente a las naves argentinas. El plan de Brown fue simular que se retiraba mar afuera para que los realistas fueran en su persecución, luego cambiar de rumbo para interponerse entre la fuerza española y Montevideo y por último presentar batalla
Las acciones se sucedieron entre los días 15 y 17. Este último día, la fragata "Hércules", buque insignia del almirante, penetró en aguas de Montevideo persiguiendo a los buques enemigos. Dos de ellos buscaron refugio al amparo de la Fortaleza del Cerro y otras tres naves se ubicaron bajo los muros de la ciudad.La fuerza naval española abandonó la lucha y Brown impuso desde entonces un cerrado bloqueo a aquel puerto que derivó en la rendición de la plaza de Montevideo, el 23 de junio de 1814, a manos del Ejército Argentino a órdenes del general Carlos María de Alvear.Buenos Aires conoció la buena nueva por intermedio del teniente Lázaro Roncayo, oficial de la sumaca "Itatí" que Brown comisionó para enviar el parte. El pueblo manifestó su profundo júbilo llevando al marino de la escuadra vencedora en andas hasta el fuerte.Tras la victoria de Montevideo y una vez consolidada la independencia en 1816, la Armada Argentina comenzó a desarrollar su misión.

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lunes, 22 de junio de 2009

ANIVERSARIO DE LA MUERTE DEL GENERAL RUDECINDO ALVARADO


Nacido en Salta el 1 de marzo de 1792. Hijo de un comerciante español, Don Francisco de Alvarado y Doña Luisa Pastora Toledo y Pimentel de Alba, se educó en su ciudad natal. Estudió derecho en la Universidad de Córdoba, debió abandonar demasiado pronto por la muerte de su padre que lo puso al frente del hogar debiendo convertirse en comerciante en defensa de la integridad familiar pero a la muerte de su padre se dedicó al comercio. Con ese motivo viajaba continuamente a Buenos Aires procurando afianzar el comercio heredado, razón por la que se encontró allí en la semana de mayo de 1810.
Estaba en Buenos Aires cuando se produjo la Revolución de Mayo. Se unió al Ejército del Norte, pero no hizo la primera campaña al Alto Perú.
En 1812 participó en la batalla de Tucumán y, al año siguiente, en la de Salta, en ambas ocasiones a las órdenes del general Manuel Belgrano. Formó parte de la escolta de Juan Martín de Pueyrredón. Con José Rondeau se batió en Sipe Sipe. En agosto de 1816, junto a San Martín atravesó los Andes.En 1818 se distinguió en Chacabuco; mandando el ala izquierda del Ejército que aseguró la independencia chilena, obligó al famoso regimiento de Burgos a rendirse por vez primera en Maipú. Su sereno coraje ante el desastre de Cancha Rayada salvó a gran parte del ejército. Creó la campaña al sur de Chile, para luego retornar a Mendoza para descansar sus tropas y obtener nuevos reclutas. Intrépidamente recruzó los Andes hacia Chile. Organizo un ejército para la futura empresa de San Martín en el Perú, en prevención de que sus tropas se contagiaran de los motines de Cuyo.En 1820 pasó a ser comandante del famoso regimiento de granaderos a caballo. En el Perú operó junto a Tomás Guido representando a San Martín en las reuniones previas a las negociaciones de Punchauca.
Fue jefe del Estado Mayor de San Martín cuando Lima fue ocupada. Permaneció al frente del ejército unido tras la renuncia y partida de San Martín del Perú.En octubre de 1822 emprendió la previamente planeada expedición de los puertos intermedios peruanos, con desastrosos resultados; sin embargo, tanto el gobierno peruano como Bolívar, lo excusaron. Nombrado gobernador del Callao, hubo de hacer frente a una rebelión de la guarnición, que lo retuvo prisionero hasta después de la batalla de Ayacucho (1824).
Fue remitido a los españoles, se fugó, junto con otros prisioneros patriotas, al conocer las noticias sobre la victoria de Sucre en Ayacucho, para levantar a los bolivianos contra los realistas que quedaban. A su retorno a Lima, ya ganada la independencia, Alvarado recibió de Bolívar los más altos honores, incluyendo el grado de gran mariscal del Perú. Vuelto a la Argentina, Alvarado obtuvo distinciones y cargos, pero pronto comenzó su oposición a Rosas y a los caudillos locales.
En 1831 Quiroga lo obligó a exiliarse mientras era gobernador de Salta. En 1848 regresó, a su provincia natal con permiso especial de Rosas. Después de Caseros reanudó su vida pública. En 1854 fue nombrado ministro de la Guerra en el gobierno de Justo José de Urquiza (1853-1860), conforme a la nueva Constitución de 1853.
Renunció para reasumir la gobernación de su provincia. Hasta sus últimos días. Murió en Salta el 22 de junio de 1872.

domingo, 21 de junio de 2009

DIA DEL PADRE


Escapando a lo habitual, en el día del Padre, aqui un pequeño homenaje a todos aquellos padres cuya presencia fisica esta entre nosotros, como para aquellos cuyo recuerdo y cariño lo guardamos en la intimidad de nuestro corazón. Aquellos que con su ejemplo marcaron nuestro camino, y que día a día nos siguen enseñando y guiando para ser hombres de verdadero provecho y patriotas.


Carta del Vicecomodoro Juan José Ramón Falconier, fallecido en las Islas Malvinas el 7 de junio de 1982, a sus hijos
.
"A Noqui y Mononi:

Su padre no los abandona, simplemente dio su vida por los demás, por ustedes y vuestros hijos...y los que hereden mi Patria.Les va a faltar mi compañía y mis consejos, pero les dejo la mejor compañía y el más sabio consejero: A Dios; aférrense a El, sientan que lo aman, hasta que les estalle el pecho de alegría, y amen limpiamente, es la única forma de vivir la "buenavida" y cada vez que luchen para no dejarse tentar para no alejarse de El, para no aflojar, yo estaré junto a ustedes, codo a codo aferrando el amor.

Sean una "Familia" respetando y amando a mamá, aunque le vean errores, sean siempre "uno", y siempre unidos.

Les dejo un apellido, FALCONIER, para que lo lleven con orgullo y dignifiquen, no con dinero, ni con bienes materiales, sino con cultura, con amor, con la belleza de las almas limpias, siendo cada vez más hombres y menos animal, y por sobre todo, enfrentando la vida con la verdad, asumiendo responsabilidades aunque les cueste sufrir sinsabores, o la vida misma.

Les dejo:

Muy poco en el órden material.

Un apellido, "FALCONIER"

DIOS (ante quien todo lo demás no importa)

Papá.


P.D.: Para que mis hijos lo lean desde jóvenes y hasta que sean viejos, porque, a medida que pasan los años, adquieren experiencia. o tengan hijos, le irán encontrando nuevo y más significado a estas palabras que escribí con amor de padre."


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sábado, 20 de junio de 2009

ANIVERSARIO DE LA MUERTE DEL GENERAL JUAN MANUEL BELGRANO


Nació en Buenos Aires el 3 de junio de 1770. Sus padres fueron Domingo Belgrano, genovés, y Josefa González Caseros, porteña. Realiza sus primeros estudios en el Colegio de San Carlos. En 1787 estudia Leyes en Salamanca, España.En 1793 se gradúa en Valladolid, y lo nombran Secretario Perpetuo del Consulado que se establecería en Buenos Aires. En 1797 es el Capitán de las milicias en Buenos Aires. Hasta 1806 se dedica al estudio de idiomas y del Derecho Público y Economía. A partir de 1807 participa de las acciones revolucionarias y de emancipación. En 1810 escribió el "Ideario Libertador" Participó en las luchas por la emancipación, en las derrotas de Paraguay y Tacuarí, los triunfos de Las Piedras, Salta y Tucumán, la creación de las baterías Libertad e Independencia y otras muchas operaciones militares. En 1812 es nombrado Brigadier del Ejército, se establece en Rosario, y después de inaugurar las Baterías Libertad e Independencia, crea la escarapela, y luego, a orillas del Paraná, crea la Bandera Nacional, que es izada el 27 de febrero en la isleta Independencia. Marcha hacia el Alto Perú con la instrucción de hacerse cargo del Ejército del Norte. El 24 de septiembre de 1812, después de la victoria de Tucumán, designa a la "Virgen de las Mercedes" como generala del Ejército Patriota. En 1813 dona sus sueldos para la creación de cuatro escuelas. En 1813 sus fuerzas son derrotadas en Vilcapugio y Ayohuma. Desmoralizado y enfermo trata de reorganizar su ejército. En 1814 es relevado del mando por San Martín. Regrasa a Buenos Aires 1815 Parte hacia Europa con Rivadavia. Regresa al país en 1816 y se dirige hacia el norte a cooperar con Güemes. En 1818, desalentado, pobre y con su físico deteriorado, se retira del ejército. En 1819 se radica en Tucumán, pero su enfermedad empeora y viaja a Buenos Aires en grave estado, mientras los problemas de desunión nacional lo desalientan aún más. El 20 de junio de 1820 muere el Creador de la Bandera Nacional. El día anterior había entregado a su médico su reloj de oro, que era todo el bien que le quedaba, de su entrega a la Patria y a su emancipación.
En un nuevo aniversario de su fallecimiento, rememoramos la vida y obra del general Manuel Belgrano, creador de la Bandera, uno de nuestros principales símbolos nacionales.

Proclama del general Manuel Belgrano
"Soldados de la Patria: En este punto hemos tenido la gloria de vestir la escarapela nacional que ha designado nuestro excelentísimo gobierno: en aquel, la Batería de la Independencia; nuestras armas aumentarán las suyas; juremos vencer a nuestros enemigos, interiores y exteriores, y la América del Sud será el templo de la Independencia, de la unión y de la libertad.En fé de que así lo jurais decid conmigo ..... ¡Viva la Patria!.
Señor Capitán y Tropa destinada por primera vez a la Batería de la Independencia: id, posesionaos de ella y cumplid el juramento que acabáis de hacer."

En Jujuy, al ser bendecida por primera vez la bandera argentina al frente del Ejército, el 25 de mayo de 1812, Manuel Belgrano, General en jefe, se dirije al ejército de su mando:

"-Soldados, hijos digno de la Patria, camaradas míos: dos años ha que por primera vez resonó en estas regiones el eco de la libertad, y él continuó propagándose hasta por las cavernas más recónditas de los Andes; pues que no es obra de los hombres, sino de Dios Omnipotente, que permitió a los americanos que se presentase la ocasión de entrar al goce de nuestros derechos: el 25 de Mayo será para siempre memorable en los anales de nuestra historia, y vosotros tendréis un motivo más recordarlo, cuando en él, por primera vez veis la Bandera Nacional en mis manos, que ya os distingue de las demás naciones del globo, sin embargo, de los esfuerzos que han hecho los enemigos de la sagrada causa que defendemos para echarnos cadenas aún más pesadas que las que cargabais. Pero esta gloria debemos sostenerla de un modo digno, con la unión, la constancia y el exacto cumplimiento de nuestras obligaciones hacia Dios, hacia nuestros hermanos, hacia nosotros mismo; a fin de que haya de tener a la vista para conservarla libre de enemigos y en el lleno de su felicidad. Mi corazón rebosa de alegría al observar en vuestros semblantes que estáis adornados de tan generosos y nobles sentimientos, y que yo no soy más que un jefe a quien vosotros impulsáis con vuestros hechos, con vuestro ardor, con vuestro patriotismo. Sí; os seguiré imitando vuestras acciones y todo el entusiasmo de que sólo son capaces los hombres libres para sacar a sus hermanos de la opresión. Ea, pues, soldados de la patria: no olvidéis jamás que nuestra obra es de Dios; que El nos ha concedido esta Bandera, que nos manda la sostengamos, y que no hay una sola cosa que no nos empeñe a mantenerla con el honor y decoro que le corresponde. Nuestros padres, nuestros hermanos, nuestros hijos, y nuestros conciudadanos, todos, todos, fijan en vosotros la vista y deciden que a vosotros es a quienes corresponderá todo su reconocimiento si continuáis en el camino de la gloria que os habéis abierto. Jurad conmigo ejecutarlo así, y en prueba de ello repetid: ¡Viva la Patria!"
Manuel Belgrano. Jujuy, 25 de Mayo de 1812.

Fuente: http://www.mendoza.edu.ar/

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viernes, 19 de junio de 2009

EL DUELO PROHIBIDO


Entre las muchas virtudes que adornaron la personalidad del Libertador, el respeto y el cariño por sus subalternos forman parte de aquellas que con mayor constancia ha recogido la historia. Su trato duro dejaba siempre translucir su permanente preocupación por todos los que integraban su ejército. Es así que a veces, a pesar de prohibir ciertas actitudes –que ciertamente no representaban beneficios para la campaña-las aceptaba a escondidas conociendo el temperamento de sus hombres.
Cuenta Pacífico Otero: “En el año de 1815 se encontraba en Mendoza con el grado de Teniente Coronel de Granaderos don José Melián, quien cierto día tuvo un incidente con el Teniente don Manuel Olazábal al que trató de mocoso. Como consecuencia del insulto, Olazábal – que era un jovencito- se sintió tocado en su honor y decidió desafiarlo a duelo.
Enterado San Martín se lo prohibió y lo amenazó aún con la pena de muerte si lo desobedecía. El joven salió de la presencia del General dispuesto a cumplir la orden, pero pronto cambió de opinión y le mandó sus padrinos a Melián. Llenadas las formalidades del caso, los duelistas se dirigieron a un punto de la Alameda, señalado para efectuarse un duelo. Llegados allí, cada cual empuñó un sable y se inició el desafío. Luego de un breve y duro combate, Melián recibió un sablazo en la pierna y Olazábal uno en la rodilla y otro en la mano derecha.
Este último – que luego relataría el episodio – cuenta que Melián, a fin de ocultar en lo posible lo sucedido, se lo llevó a su casa, pues la herida de la rodilla era de gravedad. Al día siguiente del suceso y a eso de las nueve de la mañana se presentó a la casa un sirviente desconocido con una bandeja portando un buen puchero de gallina y una cafetera con café y leche, con orden de entregarle a él un peso fuerte. Al día siguiente se repitió el envío a la hora del almuerzo, repitiéndose este obsequio durante el mes y medio que duró su convalecencia, e ignorando quien era el generoso benefactor. Sólo después supo él que era el General San Martín quien procedía de esa manera.
Restablecido de su herida, Olazábal pasó a vivir a su alojamiento, es decir, al cuartel instalado en el Convento de Santo Domingo. Un día que cruzaba el patio, todavía apoyado en sus muletas, oyó la voz del centinela anunciando la presencia del General. El Teniente sorprendido no tuvo tiempo de ocultarse de su vista. Cuando el Libertador se bajó del caballo y se enfrentó con Olazábal, al verlo éste portador de muletas, le colocó una mano sobre el hombro y le dijo:
- Y bien hijo, ¿Que tiene usted?
- Señor –contestó- una rodada que me he dado con mi caballo.
- Siempre será usted calavera, ¿No?, replicó San Martín y riéndose, agregó. Bueno, cuídese usted mucho y no vuelva a rodar
Extraído del libro de Luis Leopoldo Giunti “Páginas de Gloria” del Círculo Militar.

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jueves, 18 de junio de 2009

DIA DE LA CONTADURÍA GENERAL DEL EJÉRCITO


El día 19 de junio se conmemora el Día de la Contaduría General del Ejercito.
Saludamos a los integrantes de este organismo, encargado de la administración de los recursos financieros y contables, al conmemorarse otro aniversario de su creación.



FUNCIONES Y CAPACIDADES


FUNCIONES
1. Dirigir, supervisar y coordinar los sistemas que integran la administración financiera – contable de la Fuerza.
2. Formular las normativas técnicas que rigen el funcionamiento de los sistemas que son de su competencia.
3. Desarrollar los instrumentos que proporcionen información oportuna y confiable sobre el comportamiento administrativo- financiero del Ejército, para evaluar la gestión de los responsables de cada uno de los sistemas que competen al SAF 374.
4. Aplicar los principios de regularidad financiera, legalidad, economicidad, eficiencia y eficacia en la obtención y aplicación de los recursos presupuestarios.
5. Determinar los procedimientos que aseguren una eficiente conducción económica de las actividades y la evaluación de los programas y proyectos de los sistemas implementados.
6. Centralizar la información sobre las retenciones provisionales e impositivas que se realizan en la Fuerza, efectuando los depósitos e informes respectivos a las autoridades correspondientes.
7. Requerir y proponer la asignación de personal calificado y suficiente, para desempeñar con eficiencia las tareas que imponen cada uno de los sistemas de administración financiero- contable que se ejecutan en el SAF 374 y en los SAF- UD.

CAPACIDADES
1. Registrar sistemáticamente todas las operaciones de administración financiera- contable que afecten la situación económica de la Fuerza, para su integración al Sistema de Cuentas Nacionales.
2. Procesar y producir la información administrativo- financiera necesaria, que le permita al JEMGE adoptar resoluciones que se encuentren enmarcadas dentro de las normas legales y reglamentarias vigentes.
3. Presentar a los Organismos de auditoría (UAI-MD-SIGEN y AGN), la información administrativa financiera- contable, con su respectiva documentación de apoyo, para su control y evaluación.
4. Registrar y supervisar la información relacionada con el Sistema de contrataciones de Bienes y Servicios de la Fuerza, teniendo en cuenta la normativa legal vigente.
5. Registrar y supervisar la información relacionada con bienes patrimoniales de la Fuerza, suministrada por los SAF-UD, para su integración al Sistema de Administración de Bienes del Estado Nacional.
6. Intervenir en el sistema de Fondos Rotatorios de la Fuerza (FRI EMGE) y realizar el seguimiento y evaluación de su ejecución.
7. Procesar, actualizar y liquidar las remuneraciones (haberes, suplementos y compensaciones) del personal de la Fuerza que reviste en el país y en el exterior.
8. Registrar, consolidar y liquidar las deudas que mantiene el Estado Nacional con personal y contratista de Bienes y Servicios de la Fuerza, de acuerdo a lo establecido en las leyes Nro 23982 y Nro 25344 y sus normas reglamentarias.
9. Elaborar y actualizar las normativas técnicas y los Sistemas Informaticos del SAF 374 y de los SAF-UD.
Fuente: http://www.intendencia.ejercito.mil.ar/

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miércoles, 17 de junio de 2009

ANIVERSARIO DE LA MUERTE DEL GENERAL MARTÍN MIGUEL DE GÜEMES


“- ¡Escápate Martín, por la puerta falsa! –le dijo su hermana Macacha, siempre cautelosa e imaginativa.

“-¿Y la escolta?” le observó Güemes afectado en su honestidad y lealtad hacia sus gauchos. ¡No, no puedo yo huir abandonando la escolta; sería una cobardía!”.

Y arrojándose sobre el caballo inició una rápida carrera alcanzado por su custodia.Según la historiografía era ya como la medianoche; noche tenebrosa y fría de aquel aciago 07 de Junio de 1821.Algunos vecinos aseguraban que habían escuchado un insólito ruido acompasado que, sin lugar a dudas, provenían de un grupo de personas que caminaban sigilosamente rumbo a la plaza principal.Ese ruido no era nada más ni nada menos que el producido por ojotas que calzaban los milicianos que habían invadido la ciudad al mando del coronel José María Valdez, más conocido como “Barbarucho”, el Bárbaro.Valdez hasta antes de defender la guerra se dedicaba al comercio de las mulas y al contrabando, oficio que le permitió conocer los múltiples senderos de la Cordillera.
Martín Miguel de Güemes, Gobernador de Salta y General en jefe del Ejército Expedicionario al Perú (así designado por San Martín en junta de Generales y reconocido por todas las Provincias), desde esa funesta noche en que fue herido de muerte su vida comenzó a arder como una llama votiva, agitada por el espíritu puro de la libertad y encendida por el amor ante la imagen de la Patria.
Patria y Libertad, dos términos inseparables como el Fuego y la Luz; como el Heroísmo y la Gloria.
De él nos queda su hombría como reflejo incomprensible que todo lo penetra y lo santifica.
Contrariamente a una vieja tradición oral creada perversamente por sus adversarios políticos, en el sentido que nuestro héroe se encontraba en una Residencia que no era la suya, está debidamente documentado que en aquella circunstancia se hallaba en la Vivienda de su hermana Magdalena “Macacha” Güemes de Tejada, ubicada al lado de su Casa Habitación y que fuera oportunamente la Sede de la Tesorería Real (del Yoncci hoy España 730-, Solar donde funciona el Instituto Güemesiano de Salta).Para no ser alcanzado por los efectivos de Valdez tomó la calle de la Amargura (Hoy Balcarce) y al llegar al Tagarete de Tineo (Hoy Avenida Belgrano) se encontró con una línea de fusileros del Rey llegando a enfrentarla en medio de una Granizada de Proyectiles que llegaron a Herirlo Mortalmente y a sí, regando con Sangre almácigos de vida a una nueva República Galopó hacia la Cañada del a Orqueta (o Horqueta) acompañado por sus Infernales y por el Presbítero Francisco de Paula Fernández ,quién asistió a Güemes hasta su Muerte.
El “Barbarucho” habiéndose enterado que Güemes había sido herido designó como Gobernador interino de la Provincia al Coronel Tomás Archondo, reconocido enemigo y calumniador de Güemes, quien, entre otras medidas, dispuso hacer oficiar una misa en acción de gracias.
“por la gloriosa ocupación de la ciudad”; la iluminación por tres días consecutivos de la Ciudad amenazando de Muerte a los Vecinos que no cumplieran con el Mandato.
Mientras tanto hacía su entrada triunfal el General Olañeta.

Un principio y un fin

Con este Atentado se concretaba una ansiada aspiración de quienes venían trabajando bajo el nombre de Patria Nueva cuyo núcleo que sin renunciar a sus principios patrióticos estaban identificados con la política centralista de Buenos Aires e inconscientemente hiriendo por la espalda la empresa liberadora de San Martín y la pérdida definitiva de las Provincias del Alto Perú (Bolivia), que habrían de ser liberadas y erigidas en Estado independiente por Bolívar y Sucre.
Las exigencias de la Guerra apremiaron a Güemes designar un Gobernador sustituto recayendo tal nominación en José Ignacio Gorriti, elección que contó con el Voto favorable del Cabildo y, posteriormente, en una sesión extraordinaria el alto cuerpo tomó conocimiento los impedimentos que sufría Felipe Ibarra y el Gobernador de Santiago del Estero, Alejandro Heredia, por parte del mandatario Tucumano Bernabé Aráoz para colaborar con el Ejército de Observación que debía partir hacia el Perú.
Esta ayuda consistía en dinero y materiales para al Regimiento de Güemes.
La Campaña contra el Gobernador de Tucumán se hizo Insalvable cuando éste arremetió a Santiago derrotando Ibarra a Aráoz en las mismas puertas de San Miguel.
El sagaz gobernador Tucumano aprovechó una circunstancial ausencia de Güemes para confundir a Heredia en negociaciones para batirlo en la sorpresa de Marlopa (3-4-21).
El inesperado descalabro precipitó la confabulación en Salta, mientras el Jefe realista Pedro Antonio de Olañeta acometió de nuevo, para usufructuar los conflictos en el Campo Patriota.
Pero una Emboscada Espléndida de José Ignacio Gorriti Aprisiona en Humahuaca la Avanzada de Olañeta (30-4-21), forzándolo a retroceder hasta Mojos, Población ubicada en el actual Territorio de Bolivia.
Güemes, en tanto, reconstituyó en Rosario de la Frontera su avanzada bajo las órdenes del Coronel Jorge Enrique Vidt (un ex Oficial Napoleónico) para volver a maniobrar en las afueras de Tucumán.
Ante este panorama Bernabé Aráoz dispuso que sus huestes avance hacia el Valle de Lerma por la apartada ruta de Las Cuestas, en apoyo de la conspiración que trama la "clase decente" de Salta, como se hacía llamar.
Los exiliados Salteños, que eran muchos, continuaban complotando desde la Capital Tucumana hasta lograr que el Cabildo de Salta, el 24 de mayo de 1821, por abrumadora mayoría, destituyó a Güemes, lo despojara de la “Ciudadanía" Salteña y lo Expulsara de la Provincia nombrando Gobernador a Saturnino Saravia y Comandante de Armas a Antonio Cornejo.
Güemes al tomar conocimiento de este acto insurgente conocido después como la “Revolución del Comercio” regresó a Salta al frente de veinticinco hombres de Escolta y tras de Arengar a los Soldados que habían sido dispuestos para enfrentarlo estos, depusieron sus Armas para ponerse nuevamente bajo las órdenes del Prócer Salteño.En esta circunstancia Güemes dijo:
“Por estar a vuestro lado me odian los decentes; por sacarles cuatro reales para que vosotros defendáis su propia libertad dando la vida por la Patria.
Y os odian a vosotros, porque, os ven resueltos a no ser más humillados y esclavizados por ellos.
Todos somos libres, tenemos iguales derechos, como hijos de la misma Patria que hemos arrancado del yugo español.
¡Soldados de la Patria, ha llegado el momento de que seáis libres y de que caigan para siempre vuestros opresores!".
Después de esto Güemes recuperó el Poder.
Según Luis Güemes en su “Güemes Documentado” (12 tomos y alrededor de 6 mil páginas) dice: “La ciudad estaba prácticamente desierta, pues hasta los culpables de la revolución la habían evacuado, huyendo. Olañeta, después de la derrota sufrida por su vanguardia al mando de Marquiegui en Jujuy y prisión de éste, simuló una retirada a sus antiguos cuarteles de Tupiza a esperar noticias de los complotados que, aunque derrotados, no se consideraron vencidos.
Así fue cuando vieron el momento propicio, enviaron un emisario para alertar al general realista, el que despachó un destacamento al mando del coronel José María Valdez (a) “El Barbarucho”, con misión de tomar a Güemes por sorpresa, de acuerdo a un plan premeditado”.
En acto seguido Luis Güemes expresa en el tomo 11, Pág. 185, lo que transcribo textualmente: “Don José Manuel García, en uno de los apuntes suyos, entregados personalmente al doctor Domingo Güemes y que obran en nuestro archivo, dice: “El cordobés Benítez [Don Mariano] fue quien trajo a Valdez para sorprender a Güemes, ganándose 5.000 pesos. Valdez se iba ya en retirada con 4.000 hombres.
En Tupiza lo alcanzó Benítez.
El comercio hizo suscripción para pagar los 5.000 pesos a Benítez y agrega:
“El Barbarucho era español, de buena estatura, colorado, pecoso; se alojó la noche de la sorpresa a Güemes, en la casa de los Gurruchagas”.
Ese fue el precio para definir la vida de un hombre que nació rico para morir pobre por entregar todo por la “Gran Nación Americana”.
En aquel amanecer del 17 de junio de 1821 balbuceaban las bocas barbudas de tus Gauchos:
“El General, Don Martín se muere”, “Se está muriendo…”.
Y en los oscuros ojos de escapaban lágrimas como gotas de rocío.
General: tú no lloraste pero sí sellaste las gargantas de tus gauchos.
En este nuevo aniversario de la muerte del General Don Martín Miguel de Güemes son muchos los que olvidan de su pasión robusta por la patria grande, a la que dedicó sus desvelos y todos sus sacrificios.
Sobradamente lo señala en su correspondencia, oficios y proclamas de los que transcribiré sucintamente.
“No quiero favores en perjuicio de mi país; éste ha de ser libre a pesar del mundo entero.
Nada temo, porque he jurado sostener la independencia americana y sellarla con mi sangre”;
“… yo no puedo prescindir del amor a la libertad y del alivio que debo proporcionar a los afligidos hermanos del Perú…”
A los doce días de haber recibido la comunicación del general San Martín, ya tenía dos mil hombres dispuesto a llevar a cabo tan noble proyecto” (1820); “Secuaces de los tiranos: vuestra soberbia os precipita.
Advertid que las dieciocho provincias de esta América del Sur que sacuden la opresión, no las podrán ultrajar…” (1815).
Sólo nos queda en estos momentos que al país lo sacude una crisis moral tomemos de ejemplo a este grande de la nacionalidad para que ilumine de esperanza y futuro a todos los argentinos.
Autor: Andrés Mendieta
Fuente: http://www.camdipsalta.gov.ar/


martes, 16 de junio de 2009

DIA DE LA DIRECCIÓN DE SANIDAD DE EJERCITO


En reconocimiento de la labor cotidiana que llevan a cabo, saludamos a todos los integrantes de este órgano encargado del funcionamiento de los servicios de sanidad, cuyo origen se remonta al 16 de junio de 1810, fecha en que el Dr. Juan Madera fue nombrado cirujano primero del Ejército del Norte.

Los orígenes de la Sanidad se remontan a la época de la colonia con la creación del Protomedicato Local ordenado por Carlos III.
En 1801 se crea el primer curso de Medicina, cuyo director fue el Dr. Cosme Argerich.
La Sanidad Militar tiene su origen en las primeras campañas patrióticas. Durante el gobierno de Liniers, se nombra al Dr. Juan Madera como Cirujano del Cuerpo de Patricios.
Durante la presidencia del Dr. Bernardino Rivadavia, se organiza el Cuerpo de Medicina del Ejército (1822).
El gobierno de Bartolomé Mitre arrienda el Hospital Italiano y nombra como director Militar al Cirujano Principal Dr. Caupolicán Molina (1868).
Dado los altos costos, el Hospital Militar pasa a desempeñar sus funciones en casas particulares, con escasos recursos y precarios elementos. En 1882 se construyo el HMC, en el predio delimitado por las calles Caseros y Combate de los Pozos, al año siguiente se nombra la primera Inspección Sanitaria a la Frontera, dirigida por el Dr. Eleodoro Damianovich.
Recién a partir de la Creación de los dos Cuerpos de Sanidad Militar -Ejército y Marina – es cuando se otorga grado militar a los Médicos (1888). En 1892 se nombra al primer Director General de Sanidad, función que asume el Dr Eleodoro Damianovich.
Durante la epidemia de Fiebre Amarilla, pierde la vida el Dr. Caupolicán Molina, asume entonces la Dirección del Hospital Militar el Dr. Damianovich y lo reemplaza en la Dirección el Dr. Alberto Acosta, a la gesta heroica le suceden largos períodos de organización política adelantos técnicos y científicos, hasta 1939, la Dirección de Sanidad funcionó en forma conjunta con el Hospital Militar Central en las instalaciones sitas en Combate de los Pozos y caseros; al trasladarse el hospital a su actual emplazamiento, el predio fue ocupado por la Dirección.
Sería redundante expresar la importancia capital que tuvo la Sanidad Militar en el conflicto del “Atlántico Sur “. Es casi imposible mencionar lo actuado en el mismo, pero si es imprescindible destacar que dicha actuación ha quedado plasmada en un libro editado por la Biblioteca del Oficial del Circulo Militar, denominado “La medicina en la guerra de Malvinas”, escrito por los coroneles médicos José Raúl Buroni y Enrique Mariano Cevallos, este último Director del Hospital Militar de Puerto Argentino.
Finalmente, el desarrollo alcanzado por el Comando de Sanidad en sus funciones básicas del servicio como “Conductora, Abastecedora Preventiva y Recuperadora” presenta a la Sanidad Militar como un vasto Organismo Técnico que no sólo prepara, organiza y perfecciona a su personal para el caso de guerra sino que, en tiempo de paz, está dedicado también a velar por la salud de la Familia Militar
Fuente: http://www.sanidad.mil.ar/

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lunes, 15 de junio de 2009

DÍA DEL MINISTERIO DE DEFENSA


El día 13 de junio conmemoramos un nuevo aniversario de la creación del Ministerio de Defensa, entidad de la que dependen las secretarías de las tres fuerzas armadas y órgano fundamental de asesoramiento del comandante en jefe de esas fuerzas en materia de política militar.
Con la lucha emancipadora que da origen al nacimiento de la Patria en 1810, comienzan a organizarse - bajo el mando de grandes próceres como el General Don José de San Martín y el Almirante Guillermo Brown -, las manifestaciones iniciales de lo que luego serían el Ejército y la Armada nacional
Paralelamente se esbozan las primeras formas de organización política de la Defensa. Si bien la Primera Junta ejerció el mando militar por intermedio de su presidente Cornelio Saavedra -a quien se le confiere el cargo de Comandante General de Armas-, el primer antecedente del actual Ministerio de Defensa es el Departamento de Gobierno y Guerra.
El 28 de mayo de 1810 se creó el Departamento de Gobierno y Guerra, siendo éste el primer antecedente del actual Ministerio de Defensa. Por lo tanto el mismo tiene vigencia desde el tercer día de la Revolución de Mayo.

La historia de un Ministro.
Bajo la presidencia del Gral. Roca, ante los riesgos de algunos conflictos fronterizos, éste con patriótica previsión, encomendó al Gral. Pablo Ricchieri (Ministro de Guerra), que viajara a Alemania y adquiriera 40 mil máuser para equipar convenientemente al Ejército.
El general Ricchieri formalizó rápidamente la compra de los máuseres con las fábricas alemanas. En la entrevista final, se le acercó un representante de los fabricantes, quien le presentó un sobre y le expresó:
'General, los fabricantes me han encomendado que le entregara este sobre con el importe de la comisión que le corresponde por su intervención',
Ricchieri abrió el sobre y encontró un cheque de un considerable monto. Sin titubear, tomó el cheque, lo endosó y se lo devolvió al funcionario diciéndole: 'Mande 3 mil máuseres más'.

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domingo, 14 de junio de 2009

ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DEL BRIGADIER GENERAL JUAN A. ÁLVAREZ DE ARENALES


Nace en Salta el 14 de junio de 1770, aunque existe otra versión histórica que dice que nació en España (Villa de Reinoso), de todas formas nadie puede discutir su importancia en la historia de Salta y de la Nación; murió en Bolivia el 4 de diciembre de 1831. Llegó a Buenos Aires en 1784. Educado por sus parientes para ser sacerdote, eligió la carrera militar. Tras concluir sus estudios militares, fue enviado al Alto Perú (la actual Bolivia), donde se unió al movimiento revolucionario de Chuquisaca (hoy en día Sucre, en Bolivia).
El 25 de mayo de 1809 creó la primera Junta que rompió con las autoridades coloniales españolas. Se convirtió en dirigente de los indios contra la opresión y desconsideración del gobierno. Comandante de las fuerzas patriotas. Derrotada la rebelión por las tropas pro realistas de Goyeneche, Arenales se salvó de la ejecución en mérito a sus destacados antecedentes pero fue enviado como prisionero a los calabozos del Callao.
Escapó y regresó a su hogar en Salta desde donde respaldó la revolución porteña. El 20 de febrero de 1813, participó a las órdenes de Manuel Belgrano en la victoria independentista obtenida en la batalla de Salta. Solicitó a la Asamblea del Año XIII que le emitiera un documento designándolo ciudadano de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Nombrado gobernador de Chuquisaca, se encontró aislado por las derrotas patriotas de Vilcapugio y Ayohuma.
Organizó la guerra de guerrillas tan exitosamente que Pezuela se vio forzado a abandonar las provincias norteñas argentinas para proteger la retaguardia realista. Arenales reocupó Chuquisaca y luego se unió a las fuerzas de Rondeau en su tercer intento por incorporar el Alto Peni (Bolivia) a la revolución. Posterior a la derrota de Sipe Sipe, encabezó la retirada hacia Tucumán, donde permaneció hasta que estalló la guerra civil.
Cruzó los Andes hacia Chile donde San Martín estaba preparando su expedición libertadora al Perú. Arenales fue bienvenido por San Martín quien lo designó al mando de una división. Tras su arribo al Perú se hizo cargo de las dos importantes campañas a las sierras para obtener el control sobre esa área antes que los realistas pudieran utilizarlas como base de operaciones.
En 1821 fue enviado al Perú para encargarse de dos importantes campañas en las sierras. Tras la proclamación de independencia del Perú, fue nombrado gobernador de las provincias norteñas del futuro territorio argentino, con responsabilidad sobre la instrucción de las tropas y la preparación de la campaña al Ecuador. En 1822 solicitó su retiro, tras la partida de San Martín del Perú. El gobierno peruano lo gratificó con el rango de gran mariscal.
Gobernador de Salta desde 1823 procuro establecer un gobierno liberal como el de Rivadavia en Buenos Aires. Envió tropas para colaborar en la Guerra contra el Brasil.
En 1827 una revuelta encabezada por José Francisco Gorriti y Dionisio Puch se propuso derrocar a Arenales. El gobernador envió una tropa de trescientos hombres al mando de Coronel Bedoya, quien se enfrentó contra una fuerza de ochocientos disidentes en la decisiva batalla de Chicoana, el 7 de febrero de 1827. La derrota de las tropas oficialistas ocasionaron que Arenales y sus partidarios se exiliaran en Bolivia.
Brigadier General Juan Antonio Alvarez de Arenales, fallecido en Moraya, Bolivia, en el año 1831 en la casa del Coronel José Manuel Pizarro y sepultado allí en el osario común a excepción del cráneo, conservado por el Coronel Pizarro y entregado a doña Josefa Arenales de Uriburu, su hija y esposa del Coronel Evaristo de Uriburu en la ciudad de Buenos Aires. Recién en mayo de 1959 llegaron a Salta los restos del Brigadier General Arenales al sitial que tenía reservado dentro del "Panteón de las Glorias del Norte de la República", tras cumplirse una emotiva ceremonia cívico militar en el templo mayor de Salta. Gobierno de don Bernardino Biella Maggi.
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sábado, 13 de junio de 2009

ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DEL GENERAL ANTONIO GONZÁLEZ BALCARCE


El 13 de junio de 1774 nace en la ciudad de Buenos Aires el General Antonio González Balcarce.
A la edad de 13 años ingresó como cadete en el Cuerpo de Blandengues y siendo nombrado capitán en 1801. Era hermano de los militares Juan Ramón Balcarce, Marcos Balcarce, y Diego Balcarce. Asistió a la defensa de Montevideo en 1807, durante la Segunda Invasión Inglesa. Fue tomado prisionero y llevado a Inglaterra donde permaneció hasta la firma de la paz entre España e Inglaterra. Regresó a Buenos Aires donde participó en los acontecimientos que culminaron con el primer gobierno patrio, en Mayo de 1810.
En España combatió al lado de San Martín contra las huestes napoleónicas. De regreso fue enviado al Alto Perú como segundo de Francisco Ortiz de Ocampo, a quien posteriormente reemplazó en la jefatura de la expedición.
Por su triunfo en la Batalla de Suipacha, librada el 7 de noviembre de 1810 -la primera victoria del Ejercito del Norte bajo el gobierno de la Primera Junta- fue nombrado brigadier del ejército. Estuvo al mando de la desastrosa derrota en Huaqui. En 1814 fue designado gobernador intendente de Buenos Aires y, en 1816, Director Supremo, cargo que ocupó sólo tres meses. Fue segundo del General San Martín en las batallas de Cancha Rayada y Maipú. Jefe del Ejército Libertador en ausencia de San Martín, triunfó en Bío-Bío en 1819. Falleció el 5 de agosto de ese mismo año y sus restos mortales descansan en la Basílica de Ntra. Señora del Rosario y Convento de Santo Domingo, junto a los restos mortales del General Manuel Belgrano en la Ciudad de Buenos Aires.

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viernes, 12 de junio de 2009

ANIVERSARIO DEL COMBATE DE MONTE LONGDON


El Combate de Monte Longdon, constituye el hecho terrestre más violento protagonizado por el EA durante la defensa de Puerto Argentino. Allí se encontraba emplazado el RI 7, que cubrí­a la primera lí­nea de la posición defensiva para ejecutar su defensa en los 360º.
La inteligencia británica apreció que allí se encontraban dos batallones argentinos, cuando en realidad era defendido por un Regimiento de Infantería.

El combate demostró, la disciplina, la integridad, la templanza y el coraje como cualidades distintivas del soldado argentino. Durante las horas de luz del 11 de junio, se observan numerosos y constantes desplazamientos de helicópteros en la zona de Monte Kent, fuera del alcance de las armas de la posición Sobre esta última, al caer la noche, se intensifica el fuego enemigo, que llega a su mayor magnitud a partir de las 20:30. A las 21:30, el subteniente Baldini, Jefe de la 1ra sección de la Compañía B, informa que ha logrado alcanzar las proximidades de sus posiciones y se halla empeñado en combate a distancias cortas. Luego de un enfrentamiento cuerpo a cuerpo con el enemigo al que se le ocasionan bajas, la compañí­a debe ceder la cresta de la altura, dejando varios heridos y muertos en el sector. No obstante, el subteniente multiplica esfuerzos y alentando a sus hombres, decide desalojar a las fuerzas enemigas, para lo cual se pone al frente de su fracción seguido a corta distancia por el cabo primero Ríos. Ambos son abatidos y el resto del personal se ve entonces obligado a mantenerse a cubierto respondiendo el fuego.Hacia la medianoche, se le ordena al teniente Quiroga, Jefe de la 1ra sección de la Compañí­a de Ingenieros 10, lanzar un contraataque sobre el sector de la 1ra sección para recuperar sus posiciones y/o posibilitar el repliegue de sus efectivos. La fracción entra en combate, logrando bloquear el avance inglés y estabilizar la situación.

El 12 de junio a las 02:00, se ordena al teniente Castañeda, Jefe de la 1ra sección de la Compañí­a C, ejecutar un contraataque, acción por medio de la cual se buscaba envolver a los efectivos que enfrentaba la sección de ingenieros y lo que quedaba de la 1ra sección del subteniente Baldini. Esa fracción logra establecer contacto con el enemigo, aunque queda aferrada y con escasa munición.Ante esta situación, a las 06:30, el Comandante de la Agrupación Puerto Argentino ordena ejecutar el repliegue hacia el sector de Wireless Ridge, según los planes previstos.
Fuente: http://www.ejercito.mil.ar/

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jueves, 11 de junio de 2009

ANIVERSARIO DEL COMBATE DE LOS POZOS


El 11 de Junio de 1826, encontrándose Brown fondeado en Los Pozos, el capitán de mar y tierra James Norton, al mando de treinta y un buques, atacó a las fuerzas de Brown. En tiempos en que el alcance de una artillería era de cientos de metros y de lucha al abordaje, los habitantes de las tierras cercanas podían contemplar el espectáculo que constituía un combate naval. Es lo que ocurrió con el pueblo de Buenos Aires en esta acción, que contempló desde sus costas este desigual encuentro (31 buques y 12 lanchas contra apenas 4 buques y 7 lanchas).

Es conocida la orden que Brown ordenó ser leída en cada buque argentino:

“Marinos y soldados de la República: ¿Veis esa gran montaña flotante? ¡Son los 31 buques enemigos! vienen por nuestras vidas... Pero no creáis que vuestro general abriga el menor recelo, pues no duda de vuestro valor y espera que imitaréis a la “25 de Mayo” que será echada a pique antes que rendida. Camaradas: confianza en la victoria, disciplina ¡y tres vivas a la Patria!”.


Y poco después, en el palo de mesana de la nave insignia se agitaba la señal que decía:
“...Fuego rasante que el pueblo nos contempla”, a lo que sigue el cañoneo.

Al disiparse la humareda (de unos 15 minutos aproximadamente de combate), las expresiones de júbilo no tuvieron igual, al observar que los buques republicanos estaban en su sitio y que la escuadra imperial se retiraba, perseguida por las cañoneras.
La grandiosa recepción que se le brindó luego al almirante y a sus subordinados por el pueblo porteño está reflejada en las crónicas de la época. las damas porteñas le ragalaron a Brown en agradecimiento una bandera argentina bordada en oro...


Juan Cruz Varela cantaba así el combate de Los Pozos:

¡Pero Brown está en ellas!
Pocos somos, amigos
Más la bandera
Que nunca al viento se tendió sin gloria,
Hoy como en otros días
La mano la clavó de la victoria
Aquí en el mástil de las naves mías.